LOS CAMBIOS DE ESTACIONES
El eje de rotación terrestre se mantiene
apuntando durante todo el año hacia una región concreta de la esfera
celeste, caracterizada por la cercanía de la estrella Polar. Las
estaciones tienen lugar porque el eje de la Tierra está inclinada 23º
27' con respecto al plano de su órbita.
Las estaciones varían de un extremo al
otro del mundo. En las áreas mas templadas de los hemisferios norte y
sur se reconocen cuatro estaciones (primavera, verano, otoño e
invierno).
En los Polos Norte y Sur hay sólo dos
estaciones (invierno y verano) mientras que en los países ecuatoriales y
tropicales las estaciones se dividen en aquellos periodos en los cuales
hay sequías o lluvia.
El solsticio es aquel instante en que el Sol se halla en uno de los dos trópicos.
Esto ocurre el 21 de junio para el
Trópico de Cáncer y el 21 de diciembre para el Trópico de Capricornio.
El solsticio de diciembre hace, en el hemisferio boreal, que el día sea
más corto y la noche más larga del año; y en el hemisferio austral, la
noche más corta y el día más largo. El solsticio de junio hace, en el
hemisferio boreal, que el día sea más largo y la noche más corta del
año; y en el hemisferio austral, el día más corto y la noche más larga.
El equinoccio es aquél instante en que,
por hallarse el Sol sobre el Ecuador, los días y las noches son iguales
en toda la Tierra; esto ocurre anualmente el 21 de marzo y el 22-23 de
septiembre.
La latitud de los trópicos no puede ser
otra que 23º 27'; al igual que la de los círculos polares es 66º 33'; es
decir, 90º - 23º 27'.
La Tierra, en su movimiento anual
alrededor del Sol, provoca distintos tipos de iluminación. Los dos
extremos contrarios de iluminación terrestre son los solsticios de
verano e invierno, siendo los equinoccios de primavera y otoño idénticos
en cuanto a iluminación terrestre.
Solsticios y equinoccios totalizan los
cuatro instantes en que anualmente se produce un cambio de estación. El
cambio de una estación a otra, así como de un estado de soleamiento a
otro no se produce de forma repentina; el mismo movimiento de rotación y
traslación terrestre produce un cambio constante y gradual que acontece
con el sucesivo transcurrir de los días, semanas y meses.
En las regiones cercanas a los polos, el
21 de marzo, el Polo Norte recibirá la luz del Sol, mientras que sobre
el Polo Sur reinará la oscuridad durante unos seis meses. A cada
rotación de la Tierra, el Sol permanecerá visible sobre el horizonte
durante las 24 horas mientras que al día siguiente aparecerá más alto en
el cielo. Tras alcanzar alrededor del 21 de junio su máxima altura
sobre el horizonte, el Sol comenzará un lento movimiento de descenso,
casi una espiral vista desde el polo, que nuevamente lo llevará al
horizonte alrededor del 23 de septiembre. Durante los seis meses
siguientes, la luz del Sol no caerá ya sobre el Polo Norte, siendo el
Sur el que disfrutará de un prolongado día con unos seis meses de
iluminación o soleamiento.
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